01.12.11 - 01:05 - DOLORES CARCELÉN mdcarcelen@laverdad.es | ALBACETE.
Los homosexuales protagonizan más de la mitad de los nuevos diagnósticos en el Hospital
Los centros sanitarios de la provincia controlan a más de 260 enfermos tratados con antirretrovirales
El sida cumple treinta años rodeado de malos y buenos augurios. El tratamiento de hoy no tiene nada que ver con el de hace tres décadas. Menos pastillas y efectos secundarios más leves han convertido a esta enfermedad en un mal crónico con el que se puede vivir. Pero, si bien lo normal es que nadie se muera de sida, la mala noticia sigue siendo que se le ha perdido el miedo. Este virus merece respeto porque puede extenderse como la pólvora, pero los homosexuales han bajado la guardia hasta el punto de que representan más de la mitad de los nuevos casos solo en Albacete. Los datos hablan por sí solos. Han bajado la guardia tanto los heterosexuales como los gays. El problema, antaño centrado en el colectivo de drogodependientes, hoy apunta hacia la transmisión por vía sexual. Además, solo en la provincia, más de 260 enfermos están en tratamiento con antirretrovirales.
No utilizar el preservativo en las relaciones sexuales ha llevado a que en los dos últimos años el Hospital General Universitario haya diagnosticado 25 nuevos casos de sida, los que, sumados a los cuatro nuevos casos diagnosticados en Hellín en el último año, pintan un panorama nada alentador. Cada vez hay más información y más campañas, pero, a la hora de la verdad, las relaciones sexuales sin protección son la causa del repunte tanto del sida como de las enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis o la gonorrea.
Los invisibles
Pero si el aumento de casos preocupa, más inquieta esa bolsa de pacientes que está sin diagnosticar y puede estar transmitiendo la enfermedad sin saberlo. Así lo explicaba ayer a este diario el doctor José Javier Blanch, un médico con más de 15 años de experiencia en la Unidad de Infecciosos del Complejo Hospitalario. En su opinión, la estadística más relevante es la que señala de nuevo hacia al colectivo homosexual. Si hace una década era el más concienciado con el sida, ahora es el protagonista de más de la mitad de los diagnósticos.
Han pasado 30 años desde que se le dio nombre a aquella enfermedad que atacaba por igual a cantantes famosos, actores, drogadictos y población tercermundista y, sin embargo, se sigue extendiendo en la provincia por las imprudencias, de la misma manera que se mantiene como una enfermedad tabú que hay que sufrir en silencio y en la intimidad. En Albacete y sobre todo en sus pueblos, el enfermo, según recordaba Blanch, se ve obligado a ocultar lo que le pasa. Treinta años diciendo que el virus no se contagia por un beso, por compartir un vaso o por la mera convivencia diaria, no han calado.
El sida es una enfermedad incurable que siempre ha estado ahí, aunque solo nos acordemos de ella días como hoy en el que se conmemora su jornada mundial. Según el Registro Regional de Sida, desde el inicio de la epidemia hasta 2010, se notificaron más de 1.400 casos de VIH en personas residentes en Castilla-La Mancha, de las que fallecieron a lo largo de las décadas 816. En 2008, por ejemplo, las estadísticas del INE advierten del fallecimiento de tres varones y una mujer en Albacete a causa del sida. Y es que el diagnóstico precoz, antes de que el sida dé síntomas, es fundamental.
El retrato robot del enfermo también va cambiando con el tiempo. De los casos declarados desde 1981 en la región, el 80% eran hombres con una edad media de 33 años. Y si bien en un principio más de la mitad de los contagiados contrajeron el VIH por compartir jeringuillas, hoy la clave está en las relaciones sexuales. Los gays vuelven a estar en la diana. Así, el problema fue pasando de los drogodependientes a las personas que mantenían relaciones sin preservativo, quedando la transmisión por vía homosexual en un 8%. Sin embargo, en los últimos años se ve un incremento de esta última tendencia y un importante aumento entre las mujeres en la última década.
La clave
Los especialistas ven una clara tendencia a la promiscuidad que, si fuera acompañada del uso del preservativo en las relaciones, no traería mayores consecuencias físicas. Pero no solo se ha perdido miedo al sida. Los dermatólogos están viendo en sus consultas enfermedades propias de la prostitución de otros tiempos. Repuntan todo tipo de virus y bacterias, como la sífilis, la gonorrea, el herpes genital, el papiloma humano o la sarna.
Fue precisamente el miedo al sida el que frenó las enfermedades venéreas a finales del siglo pasado. En cuanto el virus dejó de equivaler a una sentencia de muerte, los especialistas vieron en sus consultas cómo se bajaba la guardia en todos los sentidos y junto con el VIH regresaban el resto de las enfermedades de transmisión sexual.
No hay que olvidar que un simple análisis de sangre puede sacar de dudas a quién sospeche que haya podido contraer alguna enfermedad venérea.
Se trate de la patología que se trate, el paciente puede acudir, sin temer en ningún momento por la confidencialidad, al centro de salud o a la consulta de enfermedades infecciosas del Hospital General. Tanto los resultados como el tratamiento los cubre el sistema público de salud.
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